Los implantes se clasifican en tres categorías básicas: endoóseos o «en el interior del hueso», transóseos o «a través del hueso» y subperiósticos o «sobre el hueso». No obstante, los empleados en la actualidad son en su mayoría endoóseos.
La osteointegración, conexión directa entre el hueso y el implante sin capas de tejidos blandas interpuestas, es un proceso por el cual se logra una fijación rígida, clínicamente asintomática, de material aloplástico y que se mantiene en hueso durante la carga funcional.
El tratamiento paso a paso
El tratamiento debe ir precedido de un examen minucioso del paciente y una planificación adecuada del tratamiento. Antes del tratamiento deben recopilarse el historial médico y estado de salud, realizar examen radiográfico intraoral, ortopantomografía y, cuando sea necesario, teleradiografía, además de un análisis oclusal y funcional.
Procedimiento de instalación de fijaciones
La cirugía de fijaciones puede dividirse en tres fases:
1- Exposición del hueso. Después de realizar una incisión supracrestal, se expone el hueso elevano colgajos mucoperiósticos.
2- Preparación del lecho de la fijación. Se prepara el hueso con diferentes fresas de diámetro cada vez mayor. Todas las operaciones de perforación deben hacerse con abundante irrigación con solución salina estéril.
3- Instalación de la fijación. Introduciremos la fijación en el lecho preparado, girándola cuidadosamente y sin contaminarla.
La sesión quirúrgica se termina poniendo un tornillo de cierre del implate o bien un pilar de cicatrización y suturando los colgajos reposicionados.
Cicatrización
El periodo de cicatrización necesario para que los implantes se unan al hueso es distinto para cada persona. En algunos casos será suficiente con unas pocas semanas, mientras que otros requerirán varios meses. Durante este periodo se pueden emplear prótesis provisionales.
Procedimiento de conexión de pilares
Si hemos decidido realizar dos fases quirúrgicas, cuando los implantes se hayan integrados al hueso maxilar, aproximadamente de 1,5 a 6 meses dependiendo de la calidad del hueso, factores locales y tipo de implante, podremos conectar un pilar intermedio a la fijación. El pilar es una pieza intermedia a la que se fijaran las coronas definitivas.
Construcción de la prótesis
El principio básico es que cada sistema de pilar tiene un cilindro de oro o una cofia sobre el que se construye el diente definitivo. Generalmente, la secuencia de tratamiento es ésta:
Procedimiento de impresión con cofias de impresión específicas para cada sistema de pilar. Diferentes pruebas de registro oclusal, verificación de estructura, prueba de bizcocho. Conexión de la protesis definitiva con tornillos y cierre de os orificios de acceso o cementado de la misma. Realizaremos controles regulares del tejido blando, de la higiene oral, de la función oclusal y radiografías.
Diagnóstico de los implantes dentales
El éxito a largo plazo de una prótesis depende, además de la osteointegrización del implante al hueso circundante, de la integración y salud de los tejidos periimplantarios. Es necesario por ello un adecuado protocolo de reevaluación que deberá consistir en:
1- Examen clínico: Es recomendable un examen clínico anual. En el curso del mismo se debe realizar una inspección y palpación de los tejidos blandos periimplantarios, esto permite detectar la presencia de inflamación, exudado o supuración. Además, es necesario hacer una valoración de la movilidad de los pilares con la prótesis desmontada, y un examen oclusal.
2- Examen radiológico: Este estudio se realizará en la segunda cirugía, anualmente durante 3 años, y a continuación cada 3 ó 5 años.
3- Examen microbiológico: La existencia de pruebas diagnósticas rápidas para detectar la presencia de determinados patógenos en el surco periimplantario.
